La Historia de México se ha escrito constantemente a partir de los acontecimientos ocurridos en la capital. Sin embargo, dentro del propio concepto de la capital, la Historia se ha escrito de modo excluyente, involucrando solamente al actual centro histórico y dejando a un lado al resto del territorio actualmente conocido como el Distrito Federal. Si bien la llamada “Ciudad de México” abarcó durante siglos sólo el espacio correspondiente al actual centro histórico, prácticamente todas las demarcaciones conocidas ahora como “delegaciones” han tenido población y los habitantes de cada una han realizado sus aportaciones culturales en todo momento, desde la época prehispánica, pasando por el periodo virreinal hasta la actualidad.
En el año 2007, el Gobierno del Distrito Federal en conjunto con su Secretaría de Educación y el Consejo de la Crónica de la Ciudad de México editaron el libro Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. El libro fue presentado de manera oficial al año siguiente. La obra busca adentrar al lector hacia el origen de cada una de las dieciséis demarcaciones abarcadas en la capital del país. El texto cuenta además con tres presentaciones de carácter introductorio, uno hecho por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal: Marcelo Ebrard, otra por Axel Didriksson Takayanagui, quien fungiera como Secretario de Educación del DF en ese entonces y otra por Guillermo Tovar y de Teresa en representación del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, AC.
Como su título lo indica, cada capítulo del libro habla de cada una de las delegaciones políticas del Distrito Federal, agregando un primer capítulo dedicado al llamado Centro Histórico. Al lector podría llamarle la atención el hecho de conocer los orígenes del lugar donde hoy habita. Como se mencionó en el primer párrafo, prácticamente todas las delegaciones fueron en algún momento habitadas desde la antigüedad, ello comprobado al encontrarse vestigios arqueológicos de la era prehispánica, luego pasando por la edificación de iglesias, monasterios o conventos durante el virreinato, hasta la construcción de vialidades, monumentos y edificios del último siglo. Por poner un ejemplo, en la delegación Tlalpan se tiene el asentamiento más antiguo conocido en la capital con la zona arqueológica de Cuicuilco. Posteriormente, durante el virreinato ese mismo lugar fue conocido como San Agustín de las Cuevas y era un lugar de recreación frecuentado por los habitantes de la Ciudad de México. Finalmente durante el siglo XX, Tlalpan se convirtió en una de las zonas de mayor crecimiento urbano en el Distrito Federal. Otro ejemplo sería la evolución histórica de la delegación Magdalena Contreras, cuyo nombre proviene de la unión del río Magdalena, el cual proveía de agua a los antiguos asentamientos ubicados en esa delegación y de la Hacienda de Contreras establecida en el siglo XVI. La Plaza de las Tres culturas de Tlateloco en la delegación Cuauhtémoc, es considerada como uno de los principales ejemplos de la representación histórica de los periodos prehispánico, virreinal y contemporáneo dentro de la capital mexicana.
A la par del texto dedicado a cada una de las delegaciones, el libro cuenta con fragmentos de textos literarios e historiográficos dedicados a la Ciudad de México en diversas épocas. Entre dichos fragmentos se encuentran escritos a partir del siglo XVI con autores como Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Francisco Cervantes de Salazar, Brantz Meyer, hasta autores del siglo XX como Carlos Pellicer, Octavio Paz, Salvador Novo, Carlos Monsiváis, entre otros. También se destacan notas aclarando el origen de los nombres de diversos sitios de la capital a partir de su nombre en náhuatl. Así el lector puede descubrir el significado de Azcapotzalco como “Lugar de hormigas” u “hormiguero”, Cuajimalpa como “lugar donde se labra o talla madera”, Xochimilco como “en la sementera de flores” o “en el sembradío de flores”, etcétera. Asimismo, las muchas imágenes (cuadros y fotografías) incluidas en esta obra fueron proporcionadas por diversos organismos, como el Archivo General de la Nación, el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, la Fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Hemeroteca Nacional, así como de diversas colecciones particulares.
Después de mencionar en forma breve la historia de cada una de las delegaciones políticas, el libro incluye a manera de epílogo un texto titulado: “De cómo se adquiere la ciudadanía. Notas sobre movimientos sociales en a Ciudad de México” escrito por Carlos Monsiváis y Jesús Ramírez Cuevas. Aquí se enfatiza la participación de los habitantes de la capital, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, poniendo como ejemplos al movimiento estudiantil de 1968, la organización de la gente tras los sismos de 1985 o los actos de inconformidad y protesta tras los resultados en las elecciones de 1988 y 2006. Con ello la ciudadanía ha tratado de volverse visible ante los problemas políticos y sociales en su comunidad. El epílogo da a entender también la búsqueda de derechos para los grupos menos favorecidos y la búsqueda de una sociedad más abierta y plural en la Ciudad de México.
Para finalizar, el libro resulta recomendable para todo aquel interesado en conocer más sobre su ciudad, su delegación o incluso su barrio o colonia. También serviría como lectura complementaria para los alumnos de bachillerato en el Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal, de manera más específica en la asignatura optativa de Historia Cultural de la Ciudad de México.
Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. México: 2007. p. 5, 7, 9.
Ficha bibliográfica:
Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. México: Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Educación del Distrito Federal, Consejo de la Crónica de la Ciudad de México AC, 2007. 307 p. ils.
Mauricio Karim Flamenco Bacilio.