Ponencia para
Lic. Mauricio Flamenco Bacilio.
Palabra de Clío A.C.
En el año 2009 la editorial Aguilar de México publicó el libro Sables y Utopías de Mario Vargas Llosa. El libro es una colección de ensayos sobre la situación política, económica, social y cultural de América Latina durante la segunda mitad del siglo XX y la primera década del siglo XXI. Entre los ensayos he decidido exponer cuatro cuyo contenido se centra en la política, sociedad y cultura de México. El primero es “La dictadura perfecta”, termino usado por Vargas Llosa para describir al régimen de México durante la hegemonía del PRI entre los años 1929 y 2000. El sistema de gobierno bajo un partido dominante se distinguía claramente de las dictaduras militares en Sudamérica, pues permitía tanto la participación de otros partidos políticos, como la crítica por parte de intelectuales como Octavio Paz o Daniel Cosío Villegas, dando a entender así un sistema sumamente democrático. No obstante, Vargas Llosa señala como el PRI jamás logró sacar a México del subdesarrollo y los niveles de desigualdad y pobreza eran más altos en México en comparación a otras naciones de Latinoamérica, ello a pesar de haber sido un partido con una larga estancia en el poder sin interrupciones. Por otro lado, el escritor peruano nacionalizado español no confiaba en los partidos de oposición como una opción para el cambio democrático en México, especialmente con el PRD al cual consideraba una reencarnación del viejo PRI y cuya actitud maniquea sólo favorecía el régimen priísta.[1]
El segundo ensayo sobre México incluido en el libro Sables y Utopías es “La otra cara del paraíso”, el cual es una crítica severa al movimiento encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a partir de 1994 en el Estado de Chiapas.[2] Vargas Llosa no considera al EZLN como un movimiento en defensa de los indígenas, principalmente, porque los dirigentes del movimiento no eran de origen indígena. Entre tales líderes, a Rafael Guillén -mejor conocido como el Subcomandante Marcos-, Mario Vargas Llosa lo describe como “un bufón del Tercer Mundo, [que] a condición de dominar las técnicas de la publicidad y los estereotipos políticos de moda, puede competir con Madonna y las Spice Girls en seducir multitudes”[3]. Vargas Llosa también critica la actitud de algunos grupos intelectuales y liberales por no denunciar los actos de violencia cometidos por el EZLN, pues se consideraría “políticamente incorrecto”. Los grupos indígenas fuera de la influencia del EZLN han sufrido abusos y despojos por parte de esta organización y ello se ha silenciado. Según el Premio Nobel de literatura 2010, ni el EZLN, ni mucho menos el Subcomandante Marcos han contribuido al proceso democrático en México sino todo lo contrario, su actitud parece fortalecer al sistema oficialista, encabezado en ese entonces por el PRI y luego por el PAN.
El tercer ensayo se llama “Resistir Pintando” y es un escrito a manera de reconocimiento para la pintora Frida Kahlo.[4] Durante su vida, la obra de Frida Kahlo no fue tan admirada o valorada, sólo se le conocía por ser la esposa de Diego Rivera. Aunque en las últimas décadas su trabajo artístico ha sido reconocido de manera importante. Quizás ahora Frida sea más conocida a nivel mundial en comparación a Diego. Del mismo modo, su figura histórica y artística se ha posicionado en el gusto de gente con las más diversas formaciones e ideologías:
Lo más notable de esta irresistible y súbita ascensión del prestigio de la pintura de Frida Kahlo es la unanimidad en que se sustenta -la elogian los críticos serios y los frívolos, los inteligentes y los tontos, los formalistas y los comprometidos, y al mismo tiempo que los movimientos feministas la han erigido en uno de sus íconos, los conservadores y antimodernos ven en ella una reminiscencia clásica entre los excesos de la vanguardia-.[5]
El propio Vargas Llosa confiesa no haberle agradado la obra pictórica de Frida Kahlo cuando la vio por vez primera, especialmente por sus alusiones al comunismo o incluso al estalinismo. Aunque él se ha sentido siempre admirado por la vida de la artista, especialmente por el sufrimiento de enfermedades y accidentes, los cuales marcaron los cuarenta y siete años de vida de la pintora.
El último ensayo sobre México –y del libro incluso- se llama “El lenguaje de la pasión” y fue escrito a manera de homenaje para Octavio Paz después de su fallecimiento en 1998.[6] Para Vargas Llosa, Octavio Paz fue un personaje siempre presente en los cambios y debates políticos y culturales del México de su tiempo. También existe un paralelismo entre Paz y Vargas Llosa por criticar a gobiernos socialistas en América Latina, por ello ambos escritores han sido etiquetados como personajes con tendencias conservadoras, principalmente por personas y grupos autoproclamados “de izquierda”. Octavio Paz también llegó a ser excluido de los círculos intelectuales de México y Vargas Llosa considera a la envidia de sus colegas como la principal causa de tal exclusión. No obstante, la obra ensayística de Octavio Paz es una contribución para la mejora de la situación social del México de su tiempo y del actual. Otro paralelismo entre ambos autores es el siguiente: Octavio Paz ganó el Premio Nobel de literatura en 1990, justo en el mismo año cuando Vargas Llosa se aventuró en su candidatura a la presidencia de Perú, para veinte años después recibir el mismo galardón.
Para concluir, el escritor nacido en Arequipa Perú Mario Vargas Llosa, se ha interesado por el acontecer de los países latinoamericanos y México no es la excepción. La crítica aguda de Vargas Llosa hacia todas las posiciones políticas ha incomodado a muchos y lo han hecho merecedor a epítetos como “reaccionario”, “conservador” o “derechista”. Aunque la observación y la opinión de Vargas Llosa hacia los eventos sucedidos en estos países ha sido, de un modo u otro, para mejorar la condición política y social de Latinoamérica.
Bibliografía:
· Vargas Llosa, Mario. Sables y utopías. Visiones de América Latina. Selección y prólogo de Carlos Granés. 1ª Ed. México: Aguilar, Agosto 2009. 460 p.
[1] Mario Vargas Llosa. “
[2] “La otra cara del paraíso” en Op. Cit. p.149-154.
[3] p. 150.
[4] “Resistir pintando” en Op. Cit. p. 449-453.
[5] p. 450.
[6] “El lenguaje de la pasión” en Op. Cit. p. 455-460.