sábado, 2 de agosto de 2014

Comentario a la obra Nietzsche, La genealogía, la historia de Michel Foucault







Mauricio Flamenco Bacilio
Palabra de Clío AC

Introducción:
Entender a un autor a través de la obra de otro no significa conocer al primero. Pero esta lectura indirecta nos puede llevar a un primer acercamiento al pensamiento del primer autor. Esto sucede al leer el libro Nietzsche, la genealogía, la historia de Michel Foucault, quien a partir de la influencia de Friedrich Nietzsche da una propuesta para una nueva concepción de la historia. En menor medida, esta propuesta puede ser llevada a la enseñanza de esta disciplina. 

Sobre el autor:
Michel Foucault (1926-1984) fue uno de los más destacados pensadores franceses del siglo XX. Nació en Poitiers en el centro de Francia. Estudió en la École normale supérieure de París y después estudió psicología y filosofía. Las influencias de Foucault fueron muy variadas; entre ellas se pueden contar a filósofos como Kant, Hegel, Marx, Nietzsche y Heidegger; además de ser influido por el psicoanálisis de Freud.  Foucault obtuvo su doctorado en filosofía en 1961. Durante el mayo francés de 1968, él se encontraba impartiendo cátedra en la Universidad de Túnez, aunque la mayor parte de su actividad académica la desarrolló en el Colegio de Francia. Entre sus obras principales se destacan Historia de la locura en la época clásica de 1961, Nietzsche, la genealogía, la historia de 1971 e Historia de la sexualidad en tres volúmenes publicados entre 1976 y 1984.   
            En cuanto a su vida personal, Michel Foucault tuvo problemas emocionales debido a su homosexualidad. También por eso se vio interesado en la crítica de la medicina y las concepciones sociales del cuerpo humano. Así Foucault realizó analogías entre los malestares corpóreos y sociales. Para este autor, la sociedad y sus concepciones morales premian, pero también castigan y excluyen. En su obra se propone una inclusión de la diversidad humana y la autorrealización.[1] Finalmente Foucault falleció el 25 de junio de 1984 a causa del SIDA, siendo de las primeras víctimas célebres de este mal en Francia.   

Sobre la lectura:
La obra Nietzsche, la genealogía, la historia, es una interpretación de la obra de Friedrich Nietzsche por Michel Foucault, donde en principio se hace crítica de la genealogía al considerársele gris y meticulosa. Pero es precisamente la genealogía el elemento capaz de llevar a una mejor comprensión de la historia, al proponer romper paradigmas establecidos dentro de su estudio, principalmente al oponerse “a la búsqueda del origen”.[2] De acuerdo con Foucault, el concepto de historia en Nietzsche gira en torno a cinco conceptos cuyo significado es similar, pero estos vocablos se distinguen a partir de su sentido moral. Estos términos provenientes del alemán son: Ursprung (origen), Herkunft (procedencia), Entstehung (formación o génesis), Abkunft (descendencia) y Geburt (nacimiento). Foucault se detiene más en reflexionar sobre los primeros dos conceptos. El término Ursprung se considera como el principio de los prejuicios morales para marcar diferencias entre grupos y clases sociales, de la creencia en el paraíso perdido de los tiempos pasados, así como del carácter solemne de la Historia y su enseñanza. Por ello esta disciplina se suele ver como algo ajeno y distante con respecto a las situaciones del presente. En la interpretación de Foucault a la obra de Nietzsche está la necesidad de quitarle ese velo de solemnidad a la Historia y dejar de preocuparse del Ursprung.[3] Aunque Foucault señala también como Nietzsche no siempre distinguía entre Herkunft y Ursprung. Entonces Foucault propone la disociación del concepto de origen, en disiparlo y avocarse más en interpretar la realidad de una nueva forma; donde el tiempo, y la historia deben de ser replanteadas dejando a un lado el Ursprung cuya esencia resulta inalcanzable.
            La crítica hacia el concepto de origen y los símbolos culturales de identidad se encuentra también en la obra de José Ortega y Gasset. Este filósofo español señalaba a la autoctonía como “siempre problemática y utópica”.[4] Con respecto a ello, Foucault también criticaba la aparente identidad europea con un origen único; cuando en realidad existen diferentes tipos de  Herkunft o Entstehungen (no necesariamente Ursprünge u orígenes) a través de la cultura grecorromana, los pueblos germánicos, el cristianismo y hasta del zoroastrismo.[5] De hecho, con la obstinada creencia en orígenes e identidades, las sociedades se niegan a abrirse a la comunicación y al diálogo para poder encontrar más similitudes que diferencias entre los grupos humanos. Esta condición también existe entre pensadores quienes se niegan al diálogo al considerar a sus creencias como verdades absolutas. Esto es algo que Foucault buscaba combatir. 
Debe agregarse también la crítica hacia el pensamiento positivista y su influencia en el estudio de la historia a lo largo del siglo XX. Incluso este pensamiento fue criticado en su momento por Nietzsche, pues consideraba al conocimiento científico como parcial y debía estar en constante transformación, como lo sugirieron después gente como Karl Popper y Martin Heidegger.[6] Para Foucault la crítica al pensamiento positivo se fundamenta en la existencia de discontinuidades a lo largo de la Historia, las cuales se oponen a la idea positivista de la historia como un concepto siempre lineal y progresivo en sentido cronológico. Entonces el objetivo es establecer un nuevo discurso, una historia “genealógicamente dirigida” y efectiva; consciente de la presencia de estancamientos y retrocesos además de avances en el devenir de la humanidad.[7] Esta historia efectiva carece de esencias y debe ser fragmentada.[8]
Para Foucault, la búsqueda de los términos de Herkunft (procedencia) y Entstehung (formación), resultan más efectivos para el estudio de la historia y de la genealogía, pues no buscan limitarse a un origen único sino a varios. Pero esto contrasta con la manera en cómo se dan las clases de historia. En la enseñanza de la historia se ha tomado como punto de partida a los periodos más lejanos para ir en dirección cronológica hasta el presente. Esto también es un aspecto a señalar por Foucault. En la búsqueda por el origen, los discursos historiográficos en su afán de enseñar se vuelcan hacia lo más puro, lejano y abstracto. Todo ello con el carácter solemne de la historia enseñada hace que su entendimiento e interés entre los estudiantes sea escaso o nulo. En la propuesta de Foucault, se busca acercar la historia a los aspectos más cercanos como la cultura y los hábitos, indagar sin rencor acerca de los acontecimientos históricos y poder obtener todas sus perspectivas posibles.[9] Además de quitarle la típica seriedad encontrada en el estudio de la historia y la interpretación de sus fuentes.

Corolario:
En resumen, Foucault a través de Nietzsche propone una deconstrucción de la historia y sus términos. Esto debe realizarse a través de tres usos cuyo desenvolvimiento romperá la concepción platónica del estudio del pasado; porque en cierto sentido la historia de bronce o “historia monumental” se convierte en un impedimento para la labor cultural y crítica de los tiempos presentes. Los tres usos que Foucault propone para la historia son el paródico-destructor de la realidad, el disociativo-destructor de la identidad y el uso “sacrificatorio” [sic] y destructor de la realidad.[10] Así la historia dejará también el modelo “metafísico y antropológico, de la memoria”.[11] En teoría esto suena interesante y hasta revolucionario al querer realizar un cambio conceptual. Pero su dificultad estaría en ponerlo en la práctica, no solamente en el salón de clases, sino también en la vida cotidiana. Fuera del aula se ve el reforzamiento del Ursprung a través de las efemérides y las conmemoraciones de acaecimientos relevantes en todas las latitudes. Incluso algunos profesores cuentan con las ideas de la historia y su enseñanza con las que Foucault discrepaba. Replantear la conceptualización de la historia y su enseñanza puede ser un buen comienzo desde el salón de clases. Actualmente el uso paródico de la historia a través de los medios de comunicación interactivos ha quitado ese velo de solemnidad y en cierta medida también puede servirle al alumno para un primer acercamiento a la historia en el primer uso pretendido por Foucault. Pero desde una perspectiva personal, la aplicación de los otros dos usos señalados en esta lectura y su aplicación quedarán aún pendientes. 

Bibliografía básica:

Foucault, Michel. Nietzsche, la genealogía, la historia. Trad. José Vázquez Pérez. Valencia: Pre-Textos, 1997. 75p.

Bibliografía complementaria:

Frabboni, Franco. Pinto Minerva, Franca. Introducción a la pedagogía general. Trad. Rolando Julián Bompadre. 2ª Ed. México: Siglo XXI, 2006. 372p. (Educación).
Ortega y Gasset, José. Una interpretación de la Historia Universal. Entorno a Toynbee. 2ª Ed. Madrid: Ediciones de la Revista de Occidente, 1966. 359 p. (El Arquero).

Solenn, Guy. La Philosophie. Petit dico des grands philosophes et des courants de pensée. C.E.E : City Editions, 2009. 142p. ils. 




[1] Guy Solenn. La Philosophie. Petit dico des grands philosophes et des courants de pensée. C.E.E, p. 141. « La société récompense et châtie, incite et inhibe, au nom de déterminations vides de sens réel.
 Sa police enferme les corps pour enfermer les esprits, sa morale exclut au lieu de rassembler. Foucault invite les hommes à se construire dans leur diversité, à choisir leur existence et leurs valeurs, à se produire eux-mèmes»
[2] Ibíd. p.
[3] Ibíd. p. 19.
[4] José Ortega y Gasset. Una interpretación de la Historia Universal. Entorno a Toynbee. Madrid, 1966. p. 305.
[5] Foucault. Op. Cit. p. 65.
[6] Franco Frabboni y Franca Pinto Minerva. Introducción a la pedagogía general. México, 2006. p 23, 24.
[7] Foucault. Op. Cit. p. 68.
[8] Ibíd. p. 46, 47.
[9] Ibíd. p. 51, 52.
[10] Ibíd. p. 63.
[11] Ídem.