El historiador Apiano de Alejandría en el capítulo VII del libro IV de su Historia de las guerras civiles de los romanos narra un evento que a pesar de haber sucedido hace dos milenios es de una asombrosa actualidad.
Durante el
segundo triunvirato cuando
César Octaviano, Marco
Emilio Lépido y Marco Antonio se vieron
en la necesidad de conseguir una importante
suma de dinero para
continuar con la guerra, no se
les ocurrió un
camino más fácil para
obtenerlo, que crear
un impuesto que
gravara a algunas de las mujeres
más ricas de del imperio. Las 1,400 mujeres seleccionadas eran viudas
y huérfanas, sus
padres y esposos al
ser enemigos del los triunviros
habías sido asesinados
o desterrados. Las mujeres
sin nadie que
abogara por ellas recurrieron a las
esposas de los triunviros
para que intercediesen, en lugar de comprensión, encontraron por respuesta el desprecio. Como último
recurso para evitar semejante
atropello se dirigieron al foro.
Hortensia, hija del gran
orador Quinto Hortensio, en representación de
todas, pronunció un discurso en
el que argumentó entre
otras cosas:
“Si hay
necesidad de dineros para
la guerra por
qué nosotras somos
obligadas a pagarlos, no participamos
del imperio , ni de las honras,
ni del ejercito, ni del dominio, ni
de la república la cual vosotros
habéis reducido a tanta calamidad y
miseria”
Si a las mujeres
no se les había otorgado
ningún derecho dentro de la vida
política de Roma, tampoco
se les podía exigir ninguna obligación.
La contundencia del argumento
de Hortensia provocó que los
triunviros ordenaran a los
lictores desalojar a
las mujeres del foro, los ciudadanos
ahí reunidos protestaron la cobarde acción. Gracias a las
palabras de Hortensia se determinó no
gravar a 1000 de las matronas
romanas.
Desde ese entonces Hortensia ha
sido una inspiración en la
prolongada lucha en la búsqueda de la
igualdad de género y sobre todo es una figura que lleva a reflexionar sobre la correlación
que debe de existir
entre los derechos
y las obligaciones. La pregunta
que formuló Hortensia en el 42
a.c. hay que
hacerla permanentemente ¿A cambio
de qué estamos pagando impuestos?
Marco Fabrizio Ramírez
Padilla.
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