El patrimonio histórico inmueble de
la colonia Guerrero
Eugenia
Pintos Calette.[1]
Retomando
el hilo de anteriores publicaciones y para seguir recordando la primera
publicación de Palabra de Clío A.C., cuya labor es contribuir al conocimiento
de la historia, se presenta una reseña del artículo escrito por Eugenia Pintos
Calette que remonta al lector a una parte de la historia de los inmuebles ubicados
en la colonia Guerrero de la actual Ciudad de México.
Así,
Pintos Calette lleva su trabajo a la fundación de la citada colonia hace 133
años y que al paso del tiempo ha visto desaparecer gran cantidad de edificios
en pro de la llamada “modernidad”. Sin embargo, en ella aún existen otras
edificaciones que son el núcleo del texto escrito. La autora lleva a cabo una
remembranza sobre la traza de México-Tenochtitlan y las cuatro parcialidades
que la constituían que a su vez se dividían en barrios, ya durante la colonia
el crecimiento urbano se desplazaron al norte de la traza original y es
entonces que aparecen demarcaciones identificadas con la iglesia como fueron
las de los Ángeles y Santa María. Así, aparecieron iglesias, conventos, colegios,
hospitales, panteones y, no se puede dejar de lado, el primer espacio
recreativo de la ciudad: la Alameda. Ya en los finales del siglo XIX y
principios del XX el flujo de nuevos habitantes a la zona urbana tuvo su origen
en la inestabilidad que se vivía en gran parte del territorio nacional.
Bajo
esas circunstancias surgió la colonia Guerrero que rápidamente se volvió la más
densamente poblada sobre todo por personas de bajos recursos económicos que en
voz de Pintos Calette “…la colonia Guerrero se caracteriza por su origen
proletario y sus construcciones sencillas y colectivas”.[2] La
autora reconoce que la arquitectura de la colonia en cuestión se corresponde
con las posibilidades económicas de sus habitantes y es así que al paso del
tiempo algunas edificaciones se convirtieron en vecindades para las personas de
más bajos recursos.
Así
mismo, en la colonia Guerrero aún se pueden encontrar inmuebles de gran valor
histórico como son: el templo de la Santa Veracruz (1759), el actual Museo de
la Estampa, Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados que alberga en la
actualidad el museo Franz Mayer, los templos del Espíritu Santo y San Hipólito
(1700), el Panteón y la Iglesia de San Fernando y un número considerable de
construcciones de gran valor histórico.
A
manera de colofón Pintos Calette hace un exhorto para unir voces en pro de la
defensa del patrimonio cultural que constituyen las edificaciones realizadas en
el pasado y que son testimonio vivo de la vida en la ahora Ciudad de México.
[1] Palabra
de Clío. Revista de Divulgación Histórica, Coord. José Luis Chong, Palabra de Clío A.C., México, D.F., Año 1. Número 1, Primavera
2007, pp. 50-60.
[2] Ib., p. 51.
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