sábado, 22 de junio de 2019

Reseña. LOS NARRADORES DE AUSCHWITZ


LOS NARRADORES DE AUSCHWITZ
Rafael Luna[1]




¿Cómo narrar lo indescriptible? ¿Cómo hablar de lo inenarrable?, problema no sólo ético ni estético que confrontaron los sobrevivientes de los campos de concentración alemanes al terminar la Segunda Guerra Mundial. La maldición de los SS era contundente: “ninguno de vosotros quedará para contarlo, pero incluso si alguno de vosotros lograra escapar, el mundo no lo creería (...) la gente dirá que los hechos que contáis son demasiado monstruosos para ser creídos (...) La historia del Lager seremos nosotros quienes la escribamos”.
Así, mientras Víctor Frankl desarrollaba estrategias para darle sentido al sufrimiento —y que luego formaron parte de lo que llamó “logoterapia”—; otros se exigieron en principio vivir, vivir para contar lo sucedido. Ello dio lugar a una colección de testimonios, crónicas y novelas que Esther Cohen propone llamar “literatura concentracionaria nazi”, género nuevo, corriente atípica de textos sobrevivientes que luchan contra enemigos peores aun que los nazis: el silencio y el olvido. Producto de esta lucha son Si esto es un hombre y Los hundidos y los salvados, de Primo Levi; Lo que queda de Auschwitz, de Giorgio Agamben; Levantar la mano sobre uno mismo; de Jean Améry; LTI. La lengua del Tercer Reich, de Víctor Klemperer, La peste, de Albert Camus; y todas las novelas de Imre Kértesz.
En este libro, Esther Cohen hace una somera revisión de los autores y textos principales de una literatura testimonial, con Primo Levi en primerísimo lugar, que entre otras cosas denuncia algo que frecuentemente soslayamos: la barbarie nazi fue un producto muy acabado de la Occidente, de ninguna manera una excepción; la civilización occidental lo engendró, lo incubó y luego ya no lo pudo controlar; de ahí la culpa ante el silencio cómplice que la “civilización” guardó ante lo que sucedía en los campos de concentración.
Pero Esther Cohen es filóloga, y por ello sensible a un problema fundamental en la literatura testimonial: ¿cómo convertir en palabras una experiencia? Si Levi-Strauss ya nos había enseñado que la historia es una forma de ficción y que no podemos aspirar a la objetividad pura y absoluta, ¿cómo asumieron autores como Imre Kértesz, Victor Klemperer o Jean Améry esa dosis de subjetividad que necesariamente implica la organización de un texto escrito? Así, la autora aborda los diferentes problemas éticos y estéticos, pero también semiológicos y literarios presentes en la lectura de estos testimonios, problema estético que no es exclusivo de la literatura de Auschwitz.
Mención aparte merece el análisis de un cuento de Kafka “En la colonia penitenciaria”, texto escrito unos 25 años antes de los campos de concentración, pero en el que Kafka prefigura la barbarie nazi, porque los elementos que le dieron origen ya estaban presentes en la Europa de la primera postguerra, y si nos apuramos un poco, desde un siglo antes; la intolerancia, el racismo, esa tendencia totalitaria que discrimina lo diferente, lo “inferior”; y que además es capaz de matar por método, sin odio.
Y sin embargo, lo más valioso de este libro no es el recuento del pasado, sino la memoria del porvenir. Si algo demuestra Esther Cohen —en particular con el texto de Kafka— es que Auschwitz es producto de nuestro sistema capitalista, que tiene en la globalización su fase de desarrollo más acabada; y las condiciones que generaron los campos de concentración siguen presentes en la sociedad de nuestros tiempos: la guerra de limpieza étnica que Serbia inició a la disolución de Yugoslavia durante los años noventa, la persecución contra todo lo que suene a árabe después del 11 de septiembre del 2001; las fotos de las torturas a los soldados iraquíes en la prisión norteamericana de Guantánamo o la polarización a la que se sometió la sociedad mexicana durante el proceso electoral del 2006 son pequeñas evidencias que demuestran que el sustrato de donde salieron los nazis no murió en los juicios de Núremberg y que, después de la caída del muro de Berlín, se ha fortalecido. La globalización lleva consigo una nueva discriminación; al igual que en el cuento de Kafka, las señales están ahí para quien quiera verlas. Rafael Luna
Cohen, Esther. Los narradores de Auschwitz México, Finneo, 2006.


[1] Reseña publicada por Palabra de Clío. Revista de divulgación histórica, Año 1. Número 1 Primavera 2007, México, D.F., pp. 130- 132.

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